jueves, 13 de mayo de 2010

REFLEXION

Lo realmente difícil en las historias de amor, no es decir “te amo”, o construir castillos en el aire, sino en demostrar cada día, construir esas dos simple palabras sobre el terreno fértil en el aquí y ahora, vivirlo y no especular en la fantasía.

Mi Lupita

Mi Lupita

No es porque seas mi mamá o por tu cabello alborotado,
No son tus palabras que me acompañan en el viaje, te quiero,
De manera incondicional, Mi Lupita, admiro tu presencia
Fuerte como las olas que golpean, me impregna tu esencia
Que alumbra mi camino, me has enseñando a navegar
Por mares y sentidos y en mis naufragios me has tendido
Siempre una mano, has marcado la historia de sabores,
Como tormentas hemos chocado, muchas veces girando
En sentidos opuestos, pero siempre descubriendo nuestro
Punto de encuentro, eres como el sol que me alumbra
En mis días obscuros, como el faro que guía la llegada,
Muchas veces somos seres tan complejos, que no te entiendo,
Ni tú me entiendes, Mi Lupita, a veces somos tan distantes
Como dos nubes que flotan en el cielo, pero en el fondo
Pertenecemos al mismo manto universal, como energías
Que van y vienen que se deshacen y se rehacen,
Como describir tú pasó firme, tus cálidos brazos,
Y cada pedazo de vida que me regalas todos
Los instantes, desde que respiraba en tu vientre,
Hasta cada uno de los minutos de mis días,
No es porque seas mi mamá, o tu sonrisa en mis días tristes,
Ni el calor de tu brazos, tampoco porque chocamos,
Mi Lupita, solo es que te quiero incondicionalmente.

Para mi mamá con todo mi amor
Jorge Gustavo Navarrete Regalado.